Historias en Moleskine
Claudia Apablaza (Chile, 1978) en su última publicación EME / A La Tristeza de la no historia intenta sentar precedentes sobre la no-literatura; aquella que nunca llega a ser leída, menos publicada. Es la literatura de cuadernos con tapas de cuero y hojas blancas, esos que se llevan en el bolsillo o mochila y que solamente algunos tienen la suerte o no-suerte de ser publicados. Es por esto que esta obra de Apablaza, se hace difícil de describir y comentar.
Más que una novela, es un intento artístico.
Apablaza es una enamorada de la palabra escrita. A través del lenguaje, se expresa develando la propia intimidad, comparte sus aspiraciones, muestra sus sueños y nos hace partícipes de los miedos de una determinada escritora joven, mas no principiante. EME / A La Tristeza de la no historia es intrincada, al igual que su título. La trama no se deja ver, lo que nos lleva a pensar en la existencia o no de una historia que merece ser compartida con los no-iniciados en los vericuetos de la literatura nacional.
Cargada de críticas al sistema literario y al establishment chileno en general,Apablaza deja ver rastros de amargura (“…Como una mujerzuela llorona. Como una escritora chilena de noveluchas románticas…) e incluso en algunos casos la presencia de un resentimiento rayando en lo extremo (“…Señorita rancagüina se ofrece para labores de limpieza y planchado. Ha hecho estudios en Europa y Estados Unidos de artes mayores y menores…”) el cual no se entiende, siendo ella, una autora galardonada y publicada bajo diferentes sellos y en diversos países (…1.¿Tendrá usted algo más interesante que hacer que editar a los lunáticos y reírse de escritores jovenzuelos que no pertenezcan a su grupo social, étnico, cultural, gutural y/o económico?...)
Su destreza, a pesar de todo, no está en discusión: tan solo en esta ocasión, Apablaza no es capaz de tomarnos de la mano y llevarnos por la senda que escogió para plasmar su visión crítica del mundo de los libros y todos sus componentes.
La obra disfrazada de experimentación y vanguardia, convierte su lectura en un tormento para todos aquellos que no pertenecemos al no-mundo de la literatura y sus círculos más internos.
Tortura. Y no de la buena. Tedio. Un camino largo y ciego donde la autora nos pasea por una senda de textos que asemejan observaciones escritas al margen de un libro, o en las páginas de una libreta de anotaciones, esperando la luz que alumbre y de sentido a esta colección de reflexiones. Sin embargo, a través de todo el texto, una constante: ¿por qué estoy leyendo esto?, ¿por qué sigo? Es justamente aquí donde Apablaza merece ser elogiada, el lector insiste en la búsqueda por encontrar una (la) respuesta a lo largo de las, a veces, enloquecedoras noventa y siete páginas de fragmentos, pensamientos y diálogos inconexos; entre personajes que no existen y no desean ser delineados. ¿Un exceso de experimentación? ¿Esnobismo intelectual? ¿Pecado de vanidad? ¿Vanguardia? Cada lector debe encontrar la respuesta por si mismo.
José Fuenzalida
Claudia Apablaza
EME /A La tristeza de la no historia
Editorial Cuarto Propio, Santiago.
2ª Edición, Noviembre 2010.
97 páginas.
Más que una novela, es un intento artístico.
Apablaza es una enamorada de la palabra escrita. A través del lenguaje, se expresa develando la propia intimidad, comparte sus aspiraciones, muestra sus sueños y nos hace partícipes de los miedos de una determinada escritora joven, mas no principiante. EME / A La Tristeza de la no historia es intrincada, al igual que su título. La trama no se deja ver, lo que nos lleva a pensar en la existencia o no de una historia que merece ser compartida con los no-iniciados en los vericuetos de la literatura nacional.
Cargada de críticas al sistema literario y al establishment chileno en general,Apablaza deja ver rastros de amargura (“…Como una mujerzuela llorona. Como una escritora chilena de noveluchas románticas…) e incluso en algunos casos la presencia de un resentimiento rayando en lo extremo (“…Señorita rancagüina se ofrece para labores de limpieza y planchado. Ha hecho estudios en Europa y Estados Unidos de artes mayores y menores…”) el cual no se entiende, siendo ella, una autora galardonada y publicada bajo diferentes sellos y en diversos países (…1.¿Tendrá usted algo más interesante que hacer que editar a los lunáticos y reírse de escritores jovenzuelos que no pertenezcan a su grupo social, étnico, cultural, gutural y/o económico?...)
Su destreza, a pesar de todo, no está en discusión: tan solo en esta ocasión, Apablaza no es capaz de tomarnos de la mano y llevarnos por la senda que escogió para plasmar su visión crítica del mundo de los libros y todos sus componentes.
La obra disfrazada de experimentación y vanguardia, convierte su lectura en un tormento para todos aquellos que no pertenecemos al no-mundo de la literatura y sus círculos más internos.
Tortura. Y no de la buena. Tedio. Un camino largo y ciego donde la autora nos pasea por una senda de textos que asemejan observaciones escritas al margen de un libro, o en las páginas de una libreta de anotaciones, esperando la luz que alumbre y de sentido a esta colección de reflexiones. Sin embargo, a través de todo el texto, una constante: ¿por qué estoy leyendo esto?, ¿por qué sigo? Es justamente aquí donde Apablaza merece ser elogiada, el lector insiste en la búsqueda por encontrar una (la) respuesta a lo largo de las, a veces, enloquecedoras noventa y siete páginas de fragmentos, pensamientos y diálogos inconexos; entre personajes que no existen y no desean ser delineados. ¿Un exceso de experimentación? ¿Esnobismo intelectual? ¿Pecado de vanidad? ¿Vanguardia? Cada lector debe encontrar la respuesta por si mismo.
José Fuenzalida
Claudia Apablaza
EME /A La tristeza de la no historia
Editorial Cuarto Propio, Santiago.
2ª Edición, Noviembre 2010.
97 páginas.
